¿Es adecuado para pieles sensibles?
Sí, el Talco Calendulado contiene caléndula, que es conocida por sus propiedades calmantes y suaves para la piel, siendo ideal para pieles sensibles.

¿Se puede usar en bebés o niños pequeños?
Sí, puede ser usado en niños mayores de 6 meses, siempre y cuando no haya reacciones alérgicas a los componentes. Sin embargo, se recomienda hacer una pequeña prueba de parche antes de su uso habitual.

¿Este talco ayuda a prevenir las irritaciones por roce o sudoración?
Sí, su fórmula ayuda a prevenir irritaciones y mantiene la piel seca, reduciendo la fricción y las molestias provocadas por la sudoración.

¿Es apto para usar en el rostro?
No se recomienda su uso en el rostro, ya que está formulado para otras zonas del cuerpo, y su textura puede no ser ideal para la delicada piel facial.

¿Cuánto dura el producto después de abrirlo?
Una vez abierto, el Talco Calendulado puede durar hasta 12 meses, siempre y cuando se mantenga en un lugar seco y fresco, fuera del alcance de la humedad.

Sugerencias o Recomendaciones

• Utilízalo después de un baño o ducha para mantener la piel fresca y seca durante el día.
• Aplica sobre los pies antes de ponerse los zapatos para evitar la humedad y el mal olor.
• Si usas ropa ajustada, aplícalo en las zonas de roce para evitar irritaciones.
• Úsalo como complemento en tu rutina de cuidado personal, especialmente si tienes piel sensible o propensa a irritaciones.
• No lo uses en heridas abiertas o piel inflamada.
• Para un mayor efecto calmante, úsalo junto con una crema hidratante suave para pieles sensibles.

¿Quiénes no pueden usarlo? 
No debe ser utilizado por personas con alergia conocida a alguno de los componentes del producto. Tampoco se recomienda su uso en heridas abiertas, piel inflamada o con quemaduras. En caso de embarazo o lactancia, se recomienda consultar a un médico antes de su uso.

¿Se puede complementar con otro producto?

Recomiendo complementar el uso del Talco Calendulado con una crema hidratante para piel sensible, que ayude a mantener la barrera cutánea, especialmente en zonas propensas a sequedad o irritación. Para los pies, puedes usar un gel antifúngico si sufres de hongos, pero siempre bajo la supervisión de un profesional.